lunes, 13 de junio de 2016

El Cable Inglés, Almería

El conocido Cable Inglés, el cargadero de mineral “El Alquife”, está situado en la playa de las Almadrabillas, entre el puerto comercial y el puerto deportivo, en la desembocadura de la rambla de la ciudad de Almería.

Perteneció a la sociedad “Mines anda Railway Company Limited” y fue concebido para utilizarlo como medio de transporte, almacenaje y embarque del mineral procedente de las minas de hierro de Alquife, Granada, por vía marítima. Esta estructura, diseñada como un muelle de agua profunda, permitía al arranque de buques de gran tonelaje, un sistema de almacenaje mineral que, al encontrarse a gran altura, posibilitaba la descarga por acción de la gravedad. Su diseño fue obra del ingeniero Andrés Moche, quien realizó el proyecto en el año 1902, siendo ejecutadas las obras de inmediato y acabadas solo dos años después.

Este cargadero se construyó una vez finalizado el ferrocarril Linares-Almería; con el fin de dar mayor salida a todo el material que llegaba por tren desde la Minas de Alquife y se acumulaba en el Puerto de Almería.

Su estructura en la que se pueden observar dos partes bien diferenciadas. La primera parte sería el sistema de acceso, que consta de un viaducto en la parte inferior, y en la parte superior de un contenedor por el que los vagones descargan el mineral. Este último está formado por una vía que une la estación de ferrocarril con el cargadero, y el cargadero embarcadero a través del cual los trenes podían descargar directamente en la bodega de los barcos. Y la segunda parte sería el muelle embarcadero, de mayor densidad ya que tenía que soportar las cargas de minerales.

Hacia 1900, la empresa que explotaba dichas minas, The Alquife Mines and Railways Company Limited, cuya cede si situaba en la ciudad escocesa de Glasgow, pidió un permiso para construir dicho cargadero, concedido en 1902. El 20 de abril de 1904 el rey Alfonso XIII acudió a la ciudad para inaugurar el cargadero.

Tradicionalmente, cargar un buque con hasta 8000 toneladas de mineral de hierro era una tarea que duraba de 8 a 10 días. Sin embargo, la construcción de este cargadero, permitió que la labor se redujera hasta unas 10 horas, lo cual posibilitó el aumento de la exportación del material. Para llevar a cabo esta labor, los trenes accedían a la parte superior, descargando por gravedad el mineral a unas tolvas de 17 metros de altura y una longitud superior a los 100 metros, albergadas en el interior de la estructura metálica del muelle. La gran capacidad de las tolvas permitía la continuidad de las labores de transporte con independencia de las circunstancias de la navegación, así como el atranque de buques de gran tonelaje. Una vez allí, y de nuevo por gravedad, se cargaría el mineral a los barcos atracados al costado del cargadero a través de unos conductos metálicos retraíbles.

Hacia los años 1920 se inicia un conflicto entre la empresa del ferrocarril y la minera, que casi paraliza su actividad. Hacia 1916, la compañía Bairds Minings construyó otro cargadero 500 metros al sureste; aun así, el Cable Inglés permaneció en funcionamiento hasta septiembre de 1970. Tras la Guerra Civil, la nacionalización lleva a la venta las instalaciones de Agruminsa, filial de los Altos Hornos de Vizcaya. Su uso fue decayendo cada vez más hasta que dejó de prestar servicio hacia 1973.

El Ministerio de Obras Públicas decretó la caducidad de la concesión en 1980, paralizando cualquier posibilidad de uso del cargadero. Aun así, era deber de Agruminsa demoler la estructura, pero una acción de la Dirección General de Bellas Artes de la Conserjería de Cultura en 1984 puso la Declaración de Monumento Histórico Artístico.

Es una obra de estilo ecléctico caracterizado por el uso de los nuevos materiales. Para su construcción se siguió las directrices de la escuela de Gustave Eiffel. Es por ello que, debido a que su tipología constructiva no es frecuente, y por la imposibilidad de recuperar su uso original, ha adquirido una singularidad indiscutible digna de ser conservada. Por estas causas, en 1998 fue nombrado Bien de Interés Cultural (BIC)
Está en proyecto de restauración para alojar en su interior un centro de exposiciones, un restaurante y un complejo de ocio, además de proporcionar un mirador en su parte superior.

































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