lunes, 7 de marzo de 2016

"La fábrica de óxidos de Las Infantas", Mengíbar (Jaén)

Antes del ecuador del siglo XIX, la producción minera andaluza se había situado en una posición dominante en el panorama español, que conservó hasta bien entrado el siglo XX, alrededor de la mitad del valor de la producción minera española se obtenía en las minas y las fundiciones meridionales. En 1845, la producción andaluza equivalía ya al 46% del total nacional, porcentaje que se mantenía en los años anteriores a la Primera Guerra Mundial, en pleno esplendor minero en todo el país. 
La fábrica de óxidos de Las Infantas se encuentra a 20 km al norte de Jaen, en la carretera Bailén-Motril y a 1 kilómetro al norte de Las Infantas, delimitada al este por el río Guadalbullón, al oeste por la carretera 323 y la línea de ferrocarril (1881), ocupando dos parcelas contiguas de los municipios de Jaén y Mengíbar.
El complejo industrial es de principios del siglo XX, y se dedicó a la fabricación de pintura industrial, óleos y acuarelas finas a partir de óxido de hierro sedimentario de la zona de Jaén, que posteriormente era comercializado como Rojo Inglés, el cual gozó de fama internacional por su color y su calidad. En la actualidad, la mayor parte de los óxidos de hierro que encontramos son sintéticos.
Destaca el color rojizo con el que se encuentran teñidos todos los elementos del conjunto, el cuan se encuentra formado por un edificio principal con anexos, un canal de agua y una villa de recreo.
El edificio principal de la fábrica, orientado en dirección este-oeste, está construido con una estructura mixta de muro de carga y pilares metálicos remachados con cubierta de cerchas metálicas, compuesto por tres cuerpos, uno central de mayor altura y cubierta a dos aguas, y dos laterales simétricos adosados al central, de menor altura y cubierta a una agua. Tiene una planta rectangular 25 x 40,5 metros aproximadamente.
La iluminación y ventilación de la fábrica se realiza mediante unos característicos huecos triangulares.
En la fachada principal es donde mejor podemos apreciar la diferencia de altura del cuerpo central con respecto a los laterales, elevándose el frente. El centro se sitúa un gran ventanal partido con dintel en arco rebajado de reminiscencias secesionistas. Sobre él se sitúa un óculo. Los huecos y esquinas de la edificiación se encuentran recercados con ladrillo visto. Los cuerpos laterales cuentan con un hueco de acceso de proporciones rectangulares y grandes dimensiones cada uno.
La vivienda se sitúa al oeste de la fábrica, cercana a la carretera. Es una vivienda de grandes dimensiones y dos plantas de altura en el que el cuerpo central que avanza sobre los laterales. Destaca el singular porche de fundición destinado al acceso. Los huevos de ventanas y accesos se encuentran decorados con ladrillo visto y las esquinas almohadilladas.
El conjunto lo completa un canal ejecutado con sillería que surte de agua a la fábrica y desagua en el río Guadalbullón.
La mecanización y la introducción de sistemas técnicos más complejos permitieron reutilizar los antiguos filones ya abandonados desde época antigua y reactivar a gran escala la actividad extractiva en Sierra Morena. De esta forma el entorno de Jaén se convirtió en una de las principales cuencas mineras de España, con grandes inversiones de capital extranjero y con una eficaz mano de obra procedente de otras zonas mineras ya agotadas. Su gran auge económico se verá truncado a fines del siglo XIX debido a la escasa rentabilidad de las explotaciones (profundidad de los filones, problemas de desagüe) o a su agotamiento.
+Info: 
· IAPH
· Imágenes Javier Bonilla, Juan de Dios Calderón, III y IV.
























1 comentario:

  1. Siempre me he sentido curiosidad sobre ese edificio abandonado y ahora ya sé algo más sobre él.

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